sábado, 21 de enero de 2012

La escuela como lugar de encuentro

La mayoría de veces que se plantea la posibilidad a alguna persona sobre educar sus hijos e hijas en casa, la primera duda que aparece es la de: y entonces, ¿cómo se va a socializar?, supongo que entendiendo por este concepto, la asunción de valores y conductas básicos para la vida en sociedad. Pues bien, llegados a este punto, nos damos cuenta que la gran mayoría de personas reconocen por tanto que la labor más importante de la escuela es la de servir como sitio de encuentro entre personas, aunque en realidad esta característica se vea desnaturalizada continuamente por la imposición de espacios y tiempos, por el establecimiento de figuras de poder incuestionable o por la negación del Ser en beneficio de lo que se "debe llegar a ser".

En Suecia, existen los centros Vittra, que no son más que eso, centros de reunión, de aprendizaje común, sin límites de espacios, ni tiempos, ni normas de graduación por edades. Si bien es cierto, que todo ello está adornado con la más deslumbrante estética actual para darle al proyecto un caracter de futuro, y para mi gusto, alejarlo demasiado del entorno real, ya no en el que se vive, que quizás, los hogares de la mayoría de estos niños y niñas vengan de casas "megamodernas", sino ese entorno que nos permite estar más cerca de donde venimos (la naturaleza) y poco tiene que ver con formas blancas y limpias o ordenadores y wifi por doquier. Aún así, la propuesta educativa de considerar el centro como lugar de encuentro, es sin duda, el camino más acertado para que la escuela se vaya desprendiendo de todo aquello que promueve y que no sirve a las personas que hacen uso de ella, sino a estructuras mentales que se resisten a dejar crecer a las nuevas generaciones en libertad por una negación contínua de su capacidad natural de ser lo único que son desde que llegan a este mundo, personas.
http://www.yorokobu.es/un-colegio-que-no-parece-un-colegio/

No hay comentarios:

Publicar un comentario